En casa acostumbramos a comer la pasta solo con aceite de oliva y queso parmesano, a excepción del pesto que mostré hace poco.
Para la pasta rellena creo que el aceite y el queso son más que suficientes pero en el caso de pasta fresca sin más, va siendo hora de adentrarse en más aderezo. No me gustan mucho las salsas que contienen nata, si la pasta es buena, la nata la hace más pesada y oculta todo sabor.
Hoy para cenar tallarines con champiñones y huevo.
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Tallarines (pasta fresca)
1 lata de champiñones
1 cebolla
1 huevo por comensal
Queso parmesano
Aceite de oliva
Vinagre
Perejil seco
Sal
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En esta ocasión hay que hacer varias cosas a la vez. Es posible porque son sencillas.
Por un lado se pone agua a hervir para la pasta, con un poco de aceite, sal y perejil. Mientras se calienta, se pocha la cebolla troceada en una sartén con un poco de aceite.
Cuando hierve el agua, se echan los tallarines al tiempo que en la sartén se echan los champiñones troceados, acordándose de remover de vez en cuando.
Se escurren los tallarines y se pone otra vez agua a hervir con un chorro de vinagre. Se juntan los tallarines con la cebolla y los champiñones y se deja a fuego lento.
El agua es para hacer huevo escalfado, bien fácil como ya expliqué en otra ocasión.
En cuanto se echa el primer huevo, se apartan los tallarines del fuego y se emplatan.
Solo queda dar el toque final con el huevo.
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Un plato sencillo y que nos ha sorprendido para bien.
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¡Buen provecho!
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