lunes, 30 de abril de 2012

Fresas con zumo de naranja... en granizado




A veces creo que lo que fue cotidiano en mi infancia es lo que han vivido los que me rodean. Y entonces digo ¿recordáis las fresas con zumo de naranja? ¿se siguen tomando? ¿o con tanto postre innovador se ha dejado de lado algo tan sencillo?
Aunque es posible que mucha gente no haya tomado nunca este postre o merienda. Bien rico y un buen truco para hacer que los niños tomen fruta.

En la comida ha granizado y a media tarde ha salido el sol... ¿qué tiene que ver? Pues no sé el motivo pero me he acordado de las fresas con zumo y he pensado en tomarlo todo granizado.
¿Asociación de ideas? Puede pero bastante ilógica en un día tan frío...
Luego ha llegado un pedido hecho por internet y venía una bonita trituradora de hielo.
¿Se necesitan más señales? Ha sido llegar a casa y salir el sol así que no me ha quedado más remedio que hacer el granizado.
Y más teniendo todo lo necesario:

1 naranja de zumo
8 fresas
1 cucharada de postre de azúcar moreno
Hielo picado



Se hace el zumo de naranja y se junta con las fresas y el azúcar para triturarlo todo.
Se rellena medio vaso alto o media copa con el hielo picado y se termina de llenar con la mezcla hecha antes.
Una pajita y listo para saborearse.


Mención especial a mis nuevas Victoria, nunca pasan de moda aunque se renuevan.

¡Buen provecho!

domingo, 29 de abril de 2012

Risotto de boletus: subiendo niveles




Hasta ahora los platos elaborados no han sido muy laboriosos así que he decidido dar un paso adelante y ponerme a prueba.
¿Un risotto es ponerse a prueba? A mucha gente le puede sonar a chiste que yo vea dificultad en hacer un risotto, pero es algo que sucede cuando algo no se ha intentado.
¿Conclusión tras probar el resultado? Todo plato se puede hacer con éxito si se presta atención y no se intentan hacer varias cosas a la vez.
Y si yo he podido, cualquiera puede.

200 grs. de arroz redondo no vaporizado
1 cebolla
1 vaso de vino blanco de cocinar
100 grs. de boletus deshidratados (si son frescos, el doble)
1 nuez de mantequilla
1,5 l. de caldo de verduras
70 grs. de queso parmesano
Sal 

Lo primero es preparar los ingredientes: se pesan y se dejan listos para su uso.
Hay quien usa arroz especial como el arborio pero queda bien bueno con un arroz redondo no vaporizado, no del utilizado para arroces secos como paellas.
La cebolla se corta en trozos bien pequeños.
Los boletus se ponen a hidratar dos horas antes y se escurren antes de la cocción.
El caldo se prepara el mismo día con apio, cebolla y nabo.
El queso tiene que estar rallado.
Con esta preparación resulta más fácil hacer el risotto.

Se necesitan tres fuegos "a medio gas": uno para el caldo, uno para el vino y uno para la cazuela del arroz.
En esta última se echa la mantequilla, se deshace y se añade la cebolla. Ocho minutos (por no decir entre cinco y diez): la cebolla tiene que quedar pochada pero no dorarse.
Se agregan los boletus y un poco de sal, se remueve y, tras cinco minutos, se agrega el arroz.
Se mezcla bien y se añade el vino que tenía que estar bien caliente.
No se deja de remover y, en cuanto el arroz absorbe el vino, se empieza a agregar caldo caliente.



No tiene que quedar exageradamente caldoso y nunca se tiene que dejar secar: a medida que va desapareciendo caldo del arroz, se añade más, siempre caliente, y se sigue removiendo. Y así va a ser durante unos 25 minutos, aunque lo mejor es ir probando el arroz.
Cuando está en su punto, se echa el queso y se remueve bien.
Tras dos minutos más al fuego, se aparta y se deja reposar 10 minutos más.



Como se ve solo se requiere tiempo, constancia y ninguna otra distracción. Así que lo mejor es poner buena música, buena bebida y disfrutar de un rato cocinillas.

¡Buen provecho!

El Club Allard: dos estrellas bien merecidas


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En casa, por nuestros cumpleaños, nos gusta regalarnos cenas en lugares donde no se va a tomar el menú del día, que por cierto cada vez está más cercano, en precio, a menú de fin de semana.
La dificultad está en que entre semana solo podemos quedarnos en Madrid, así que toca sacar lo mejor de la ciudad.
Por buen consejo de Bea descubrí la existencia de El club Allard. Incluso entre la mayoría de los sibaritas es un lugar desconocido.
Sin embargo en 2011 le concedieron la segunda estrella michelin.
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Por la red se puede encontrar toda la información necesaria sobre el restaurante y sobre su chef, Diego Guerrero, un cocinero joven y apasionado por su trabajo que sale mesa por mesa a tomar nota del menú y, al final de la comida, vuelve para saber si todo ha sido de agrado. Una tontería para algunos pero, personalmente, me encantan estos detalles.
El resto del servicio es fantástico, a la altura del lugar, un local dentro de un edificio al que nunca pensé que entraría, en la esquina de la calle Ferraz con la plaza de España. Antes club privado, aunque ya es de libre acceso, ninguna indicación muestra que ahí hay un restaurante.
Mi dificultad, la de escoger los platos, aquí se minimiza: solo hay tres menús, dependiendo del hambre que se tenga.
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¿Cómo transcurre la comida?
Nada más llegar se ofrece un aperitivo, traen una salsa sin mas cubiertos. Una se pregunta ¿me la bebo o qué? Pero tras un silencio muy apropiado, se nos indica que la tarjeta que tenemos delante es comestible.
Primera sorpresa de la noche.
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Tras servirnos el cava aparecieron los snaks y las entradas.
Mini Babybell de camembert truffé: tapa que fue ganadora de galardones en su día y por ello sigue en carta, de lo cual me alegro.
Tapa de pez mantequilla: se sirve sobre un quemador de aceite con una vela que da calor a la tapa.
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Torrija de pan tumaca con sardina en aceite: impresionante desde la presentación (como todos los platos) puesto que hay que sacar la sardina del bote con aceite.
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Raviolis de alubias de Tolosa en infusión de berza: qué buenos pueden estar los alimentos que de pequeña me producían un "aaaaaarj".
Huevo con pan y panceta sobre crema ligera de patata: "en el pot petit hi ha la bona confitura", vamos que en un pequeño bocado se concentran muchos sabores.
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Llega el pescado: Mero al horno, ajoblanco de ajo negro, caldo de sus espinacas y pu-erh (té) de naranja.
Y la carne: Taco de liebre estofada con falso chile y guacamole.
Tanto carne como pescado, estupendos.
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Llegan los postres. ¡¡Son increibles!!
Maceta de sacher con jenjibre... adornada con una flor comestible con aroma a frutos rojos.
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La pecera... con todo lo que tiene que tener una pecera de dulces. Indescriptible.
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El huevo poché que salvo a huevo, tiene sabores fabulosos afrutados.
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Y como colofón, un detalle para el cumpleañero que se muestra en la primera foto, donde se incluyen conchas con sabores cítricos.
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Creo que me he excedido con los adjetivos de admiración pero no es para menos. El mejor restaurante de cocina creativa en el que he estado, junto con Can Fabes en Sant Celoni.
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PD: las fotos, exceptuando la del cumpleañero, las he tomado de la web del restaurante. A petición del homenajeado me limité a disfrutar de la cena, pero no quería dejar esta entrada sin una muestra de lo que se sirve en El club.
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jueves, 26 de abril de 2012

No hay dos sin tres: hummus de aguacate


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Gracias a las dos recetas anteriores, también de hummus, he recibido varias propuestas de platos a probar. No solo comerlos si no también prepararlos.
Pero ya que he empezado, voy a terminar con el pack de hummus... de momento.
Porque ya tengo varias ideas para obtener hummus de lo más diversos.
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Esta vez no se aprovecha el puré de garbanzos hecho pero sí se puede seguir la receta con una variante: la cantidad de tahini se reduce a una cucharada. Claro que eso depende del gusto de cada uno.
A este puré le añadimos aguacate y medio (si las medidas del hummus original se mantienen). Se tritura todo y ya está.
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¿Qué hacemos con el medio aguacate que queda?
Pues como adorno sobre el hummus... o nos lo comemos con un poco de vinagre de módena.
Se tome como se tome...
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¡Buen provecho!
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miércoles, 25 de abril de 2012

Hummus de pimiento rojo (y garbanzos, siempre hay garbanzos)


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El hummus se puede hacer de muchos sabores, solo hay que ir probando.
El sabor principal es el de garbanzos así que basta con usar un ingrediente más con un sabor más potente. Por ejemplo pimiento rojo.
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La base es el puré de garbanzos. A este puré solo hay que agregarle, en la picadora, un pimiento rojo asado. Se puede asar en el horno pero con los que venden asados en conserva el resultado es espectacular.
Cabe decir que a mi me gusta más que el hummus clásico.
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¡Buen provecho!
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martes, 24 de abril de 2012

Puré de garbanzos: hummus wa tahina


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Se dice que pan con pan, comida de tontos. No estoy de acuerdo pero el pan de pita que mostré el otro día tuvo muy buenos acompañantes, en concreto tres tipos de hummus. El tradicional es el puré de garbanzos y sirve de base para otras variantes.
Nunca había hecho hummus y pensaba que sería más difícil pero me sorprendió lo fácil que resultó.
Ingredientes:
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400 grs. de garbanzos cocidos
3 cucharadas soperas de tahini (semillas de sésamo + aceite de oliva) 
1 diente de ajo
Zumo de medio limón
Aceite de oliva
Pimentón dulce
Sal
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¿Tahini? Ya estamos con los ingredientes extraños. No hay que asustarse, se puede hacer en cinco minutos.
Tan solo hace falta echar semillas de sésamo en una sartén con aceite caliente y dejar que se tuesten. En el momento en que las semillas estén doradas, se pasan por la picadora con un chorro de aceite hasta conseguir puré.
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Garbanzos cocidos... no se trata de un cocido así que no creo necesario el preparar los garbanzos: con unos buenos garbanzos precocidos se obtiene muy buen resultado. Personalmente los de Mercadona son perfectos.
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¿Más dudas antes de empezar? San google y la cocinera novata contestamos gustosos.
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En la picadora se echan los garbanzos escurridos, un poco de agua (hasta llegar al tercio de la altura de los garbanzos o menos), el tahini, un chorro de aceite, el ajo, el zumo de limón y la sal.
Se tritura y se va probando.
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¿Soso? Más sal.
¿Demasiado espeso? Más aceite.
Todo es buscar el punto, no es difícil.
Al servirse se adorna con un poco de aceite por encima (¡poco!) y pimentón dulce. También se pueden añadir más especias pero para mi, así, está riquísimo.
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¡Buen provecho!
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domingo, 22 de abril de 2012

Pan de pita: la base de una cena árabe

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No fue todo árabe lo que cenamos anoche, pero sí que hubo couscous, hummus variados y pan de pita.
Ya que el hummus era casero, lo suyo era hacer el pan de pita en casa también.
Primero tenía mis dudas porque ¿cómo hacer que el pan quede hueco por dentro? No lo veía muy claro pero, una vez experimentado, puedo decir que es muy sencillo, casi más que hacer pan normal.
Además se puede usar tanto para acompañar como para rellenar.
Para unos 12 panes se necesita:
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600 grs. de harina de fuerza
40 grs. de levadura fresca
300-400 cc. de agua tibia
25 cc. de aceite de oliva
1 cuchara de sal 
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En este caso no mezclo harinas, mejor toda de fuerza, más que nada por lo flexible y manejable que es la masa resultante.
Lo primero es deshacer la levadura en una taza con agua tibia. En un bol se echa la harina, la sal, el aceite y el agua con la levadura. Se va mezclando y agregando agua para ir compactando la masa. Harina en la encimera y se trabaja la masa.
Creo que nunca he comentado que el frío no es buen compañero de la masa, por lo que primero es bueno comprobar la temperatura de la encimera. Si está fría, se puede templar pasando un paño humedecido con agua caliente y secándola antes de trabajar sobre ella.
Unos 10 minutos de amasado hacen falta para tener una masa flexible y compacta. En el bol se echa un poco de aceite para evitar que se pegue y se deja la masa. Se tapa con papel film o un trapo y se deja una hora. En realidad la masa tiene que triplicar su volumen.
En cuanto ha subido, se prepara el pan de pita. Se coge un puñado de masa, unos 50 gramos, se amasa y con el rodillo se aplana para hacer la forma del pan de pita. Tiene que quedar con un grosor de unos 5 milímetros como mucho.
Los panes se van repartiendo sobre papel vegetal de hornear, se tapan con un trapo y se dejan unos 20 minutos.
Cuando lleven unos 10 minutos se enciende el horno a máxima temperatura y se deja la bandeja dentro. Al cabo de ese tiempo, se saca la bandeja y se pone la primera remesa de panes en ella (con el papel vegetal), se mete en el horno y se baja a 200-220º, que es lo que aguanta el papel de hornear.
Si se quiere el pan poco tostado o para rellenar, en 10 minutos está listo. Si se prefiere un pan más tostado, se añaden 5 minutos más.
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Es sorprendente, casi mágico, ver como se inflan los panes en el horno.
Y muy ricos, sobre todo con el hummus que explicaré en las próximas entradas.
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¡Buen provecho!
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martes, 17 de abril de 2012

Fábula de hoy: el pollo, la cebolla, el pimiento, la miel y la mostaza

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No se me ocurre un nombre más corto para este plato, parece el título de una fábula. Yo tenía el libro de las Fábulas de Esopo y hacía mucho que no me acordaba de él. Hasta ahora. Al final hay moraleja incluida.
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Ya conté que el viernes el míster fue a la pescadería y a la pollería, donde tuvo su momento. Antojado de pollo, consideró que con dos pechugas no teníamos bastante y compró ocho o... ¿cien? ¿Sería capaz de regatear el precio del pollo?
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El pollo me gusta pero no sé si tanto, y menos si siempre se cocina igual. Ya lo hemos hecho a la plancha, también empanado y ahora salteado con verduras. El añadir miel y mostaza viene de investigar por internet porque por mi misma, de momento, no me atrevo a innovar tanto.
Ingredientes:
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2 pechugas de pollo deshuesadas
1 cebolla grande o 2 pequeñas
1/2 pimiento rojo (si es grande...)
Aceite de oliva
2 cucharadas de mostaza
2 cucharadas de miel
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Se corta la cebolla en juliana y se pocha (a fuego lento) en una sartén con un poquito de aceite caliente.
Unos cinco minutos y se añade el pimiento rojo cortado en tiras finas. Se tapa y se deja unos seis minutos, sin olvidar remover de vez en cuando.
Mientras tanto se corta el pollo en trozos pequeños. Se agrega a las verduras y se deja cinco minutos, siempre a fuego lento y tapado, removiendo con frecuencia.
Se aprovecha para preparar el toque final: se mezclan miel y mostaza hasta que se obtiene una salsa homogénea.
Se echa en la sartén y se remueve hasta que los ingredientes queden todos bañados, se sube el fuego (ahora sí) y se deja otros cinco minutos, el tiempo para terminar de hacer el pollo. Y como siempre, removiendo.
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Moraleja de la fábula: hay que remover mucho para que no se pegue, no se queme y se haga bien.
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¡Buen provecho!
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domingo, 15 de abril de 2012

Caballa con tomates cherry en dos hornadas

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Comida de domingo y, como viene siendo habitual últimamente, si estoy en casa intento hacer un plato un poco más elaborado... pero fácil, siempre fácil.
Temporada de caballa así que hay que aprovechar. De nuevo un plato muy sano: con verduras y al horno.
Pero no se puede hacer siempre igual así que la guarnición de tomates cherry también es al horno.
Ingredientes para dos:
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2 caballas
Tomates cherry
1 cebolla
1 diente de ajo
Orégano
Tomillo
Aceite de oliva
Vino blanco
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Primero se preparan los tomates.
Previamente lavados, se maceran con orégano y aceite de oliva (generosamente) en un recipiente que admita ir al horno.
Se introduce en el horno precalentado a 200º y se deja 15 minutos.
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En cuanto se sacan los tomates se pueden hornear las caballas.
¿Cómo? Pues en una bandeja de horno: una base de cebolla cortada fina, las caballas sin cabeza con dos cortes en cada lado. Se les echa tomillo por encima, aceite de oliva y un chorro de vino blanco. En ningún momento uso sal porque, a no ser que gusten los platos muy salados, no se necesita.
A 200º se deja 20 minutos, tras los cuales se retira la cebolla y se hornean las caballas solas otros 20 minutos.
Mientras se emplatan las caballas, se introducen los tomates en el horno ya apagado para que vuelvan a tomar calor. Tras repartir cebolla y tomates en el plato, se baña la caballa con el aceite de los tomates.
Sano no, lo siguiente.
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¡Buen provecho!
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Conservación del pan rallado

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Lo malo de hacer pan y comer fuera toda la semana es que puede acabar poniéndose duro. Una pena siendo pan casero. Así que lo mejor es aprovecharlo.
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Una de las maneras es en empanados, rallando el pan. Pero ni así se libra de estropearse así que aquí truquito del día para conservarlo más tiempo (sin tener que congelar).
Basta con guardar el pan rallado en un tarro hermético con una hoja de laurel. Y a poder ser en un lugar fresco.
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Si alguien conoce otros trucos de conservación de pan rallado, que hable ahora :)
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sábado, 14 de abril de 2012

Salsa de tomate laureada

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En casa la pasta la tomamos casi siempre con aceite y queso, sin más. Pero teniendo un rato disponible, se puede una esmerar un poco más... sin pasarse, algo sencillo.
La típica salsa de tomate. Eso sí, casera. No digo que sana porque no tengo muy claro de donde vienen los tomates y la cebolla. Digamos que lo más sana en la medida de lo posible.
Una salsa de tómate bien buena pero que no premiarían en concursos de salsas, laureada simplemente porque he añadido hierbas aromáticas: orégano y laurel, el descubrimiento del mes.
Ingredientes:
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5 tomates maduros
1 cebolla
1 diente de ajo
1 hoja de laurel
Aceite de oliva
Sal
Azúcar
Orégano
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Se cortan el diente de ajo y la cebolla, sin importar el tamaño. En una sartén con un chorro de aceite caliente (solo un chorrito) y el fuego bajo, se echa el ajo y al poco la cebolla. Se deja unos cinco minutos mientras se rallan los tomates.
Cuando ajo y cebolla estén pochados, se añade el tomate, una pizca de sal, otra pizca de azúcar, orégano y una hoja de laurel partida en tres. Removiendo de vez en cuando, se deja a fuego bajo 20 o 25 minutos.
Se vierte en la picadora habiendo quitado el laurel y se tritura.
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Aromatizada con hierbas es perfecta para pasta o un arroz blanco.
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¡Buen provecho!
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viernes, 13 de abril de 2012

Atún rojo con soja y sésamo

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Tan rico y fácil como suena.
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Tocaba compra semanal y, como los hombres de Harrelson, nos hemos repartido las zonas del mercado. Mientras el míster visitaba pescadería y pollería, yo disfrutaba por los pasillos del Mercadona.
Reencuentro en la frutería y me sorprende diciendo que no solo ha comprado caballas, si no también un filete de atún rojo.
Al precio que va (15 euritos el kilo) solo nos arriesgamos a comprarlo porque esta pescadería nunca nos ha fallado. Tan bueno es que con pasarlo por la plancha ya es una delicia.
Pero decidimos repetir el salteado con soja y sésamo que nos preparó cierta tarde el estimado Jose.
Solo hace falta:
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Filete de atún rojo
Salsa de soja
Semillas de sésamo
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En un plato hondo se reparte el filete cortado en cuadrados (más o menos...). Se esparcen semillas de sésamo al gusto y chorros de soja generosamente. Se deja marinar mientras se calienta una sartén, sin añadir aceite ni soja.
Comprobando que está bien caliente, se reparte el atún por la sartén, soja incluida, dejando el sésamo por la parte de arriba. En dos minutos se da la vuelta a los trozos y se les vuelve a echar sésamo. Dependiendo del grosor, en dos minutos más puede estar hecho.
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No hay necesidad de más aderezo.
Exquisito.
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¡Buen provecho!
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jueves, 12 de abril de 2012

Espárragos trigueros con bacalao ahumado y compañía vegetal

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Solo existe una diferencia entre los espárragos trigueros y los espárragos verdes: los primeros son silvestres y los segundos se crían en cautividad, pobrecitos... vamos que se cultivan.
Gracias a eso, todo el año tenemos espárragos sin ser en conserva pero no son trigueros. Me cuesta distinguirlos aunque seguramente la mayoría de los que se venden en ciudad como trigueros, no lo son.
Tienen muchas propiedades así que hay que aprovechar esta época del año para consumirlos puesto que se encuentran con más facilidad (ya sean verdes o silvestres).
Una buena opción para cenar es la que encontré navegando y que propongo hoy, como siempre sencillita:
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10 espárragos verdes por comensal (y si son trigueros mucho mejor)
2 o 3 lonchas de bacalao ahumado por gorrón
2 o 3 champiñones laminados por hambriento
2 tomates maduros
1 limón
1 cucharada de aceite de oliva
Pimienta blanca
Perejil seco
Tomillo seco
Sal
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Se corta la base de los espárragos si está dura, se lavan (los espárragos, no las bases) y se cuecen 5 minutos en agua que previamente se ha llevado a ebullición. Se escurren y dejan templar (si no existía el verbo, ahora sí...).
Aprovechando el agua caliente de los espárragos, se escaldan los tomates previamente lavados y a los que se hacen varios cortes en la piel. Dos minutos y fuera. Así se pelan sin problema. Se trituran para que quede una salsa solo de tomate.
Si el bacalao viene en aceite, como es el caso del que uso (sold by Mercadona), se escurre antes de cortarlo.
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Ya se puede emplatar por este orden: una base de tomate, lonchas de bacalao, láminas de champiñones y espárragos.
Para rematar, la vinagreta mezcla de zumo del limón, aceite de oliva, sal, pimienta, perejil y tomillo. Se reparte sobre los espárragos y listo para comer.
No hay que olvidar rebañar el plato: este tomate está buenísimo con pan.
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¡Buen provecho!
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miércoles, 11 de abril de 2012

Tortilla paisana de huerto minimalista

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El término "tortilla paisana" es muy amplio, y cuanto más se busca por la red, más amplio se vuelve.
¿Conclusión? Se usa huevo y todo vegetal que haya por casa y apetezca. Es buena solución cuando hay verduras que van a echarse a perder.
Ahí estaba un pimiento rojo con el que no tenía claro que hacer. Así que usé:
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5 huevos
2 cebollas
1 pimiento rojo
Aceite de oliva
Sal (aunque yo olvidé añadirla)
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Se cortan a trozos pequeños las cebollas y se pocha en una sartén a fuego bajo, con un poco de aceite. Mientras se va haciendo, se lava y corta el pimiento igual que las cebollas y se echa también en la sartén.
De 10 a 15 minutos, siempre dependiendo de la calidad de la materia prima.
Se baten los huevos en un bol, tras lo cual se vierten las verduras y una pizca de sal (este punto me lo salté inconscientemente), se mezcla todo bien y se devuelve a la sartén. Fuego bajo para evitar que se queme.
Los primeros minutos se va removiendo.
Luego con diez minutos por cada lado, ya debería estar echa. Todo depende del tipo de sartén y del grosor de la tortilla.
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Con tres ingredientes quedó bien rica. Pero habrá que experimentar con otros ingredientes, incluso no vegetales.
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¡Bueno provecho!
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domingo, 8 de abril de 2012

Bizcoletas de suegra y cuñada

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No, no son dos ingredientes de la nueva cocina. Y no, no he visto demasiados capítulos de American Horror Story... Son las autoras del nuevo postre de esta semana santa: bizcoletas.
Las mujeres de la familia política se pusieron manos a la obra, una con cocción y forma y la otra con pintura. Un trabajo de horas y todo un triunfo. ¡Qué artistas!
La bizcoleta o cakepop es una piruleta de bizcocho recubierto de chocolate de colores y que luego se pinta para darle vida.
En este caso las rosas saben igual que las Panteras rosas, ese bizcochillo que todo el mundo se pregunta de qué está compuesto.
Pero la receta aparecerá el día que me decida a hacer las bizcoletas. Llegará.
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¡Buen provecho!
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viernes, 6 de abril de 2012

Paté de berenjenas en fascículos

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Un buen acompañante en aperitivo y merienda con el paté de aceitunas. Y al pasarme con el ajo, me tocó hacerlo por fascículos: con ello se mejoró el resultado... ¡Menos mal!
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1 berenjena
... otra berenjena
... un total de dos berenjenas
2 dientes de ajo (o 1 por berenjena)
Aceite de oliva
Sal
Pimienta negra
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Primero se asan las berenjenas en el horno como para hacer una escalivada. Al horno a 200º unos 30 o 40 minutos , dependiendo del tamaño y la calidad. Se dejan enfriar y se pelan.
A la picadora junto con un chorro de aceite, los dos dientes de ajo, sal y pimienta. Se pica bien y listo para tomar.
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Guardado en la nevera se puede tener unas dos semanas.
Y si a alguien se le va la mano con el ajo, se asa otra berenjena y se pica con el paté ya hecho.
Tan ricamente.
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¡Buen provecho!
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jueves, 5 de abril de 2012

Pan, toma 3: la cosa tiene miga, pero menos compacta

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Va a ser cierto que con la práctica se mejora.
Esta vez amasé a primera hora de la mañana, dejé subir la masa y sobre las dos de la tarde volví a amasar. Aprovechando el horno caliente de asar pimientos, puse la masa en la bandeja y la dejé medio metida en el horno apagado, caliente y entreabierto. La tapé con un trapo y la dejé una hora mientras enfriaba el horno.
Parece milagroso como sube la masa al recibir el calor del horno.
Ya horneandose, opté por no subir la bandeja y dejarla siempre un nivel por debajo del medio. 50 minutos a 200º a lo que se suma dejar el pan en el horno tras el apagado.
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Con todo esto he conseguido un pan con una miga menos compacta y mejor cocción.
Creo que ya puedo empezar a experimentar con otras harinas y otros tipos de panes.
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¡Buen provecho!
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martes, 3 de abril de 2012

Crema de repollo con jamón

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Hasta hace poco tiempo el repollo era uno de tantos alimentos desconocidos, esos que se ven en las fruterías pero que nunca se compran (al menos yo no) porque no sé qué hacer con ellos. Pero ahora me he propuesto explorar nuevos sabores.
¿Qué hacer con un repollo? Se hierve, se saltea, un poco de jamón, un poco de huevo, cebolla, al horno con queso, con bechamel... muchas opciones.
¿Algo sencillo y ligero para cenar? Ya degusté el timbal de repollo así que toca probar una crema. No me canso de repetir que no creo necesario usar ni nata ni patata, a lo sumo un poco de mantequilla.
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Medio repollo
2 cebollas
2 dientes de ajo
Aceite de oliva
Sal
Jamón ibérico
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El repollo ya lo herví con anterioridad, a la espera de ver qué hacer con él. Solo he tenido que pochar el ajo y la cebolla con un poco de aceite en la sartén: a fuego lento durante un cuarto de hora. Se aparta del fuego y se junta con el repollo, un poco de sal y aceite de oliva. Todo junto se tritura.
Dependiendo del gusto por texturas más o menos espesas, basta con agregar agua al gusto mientras se tritura.
Y también depende de cada cuál la temperatura a la cual se sirve. Yo me decanto por tomarla templada.
Eso sí, sin olvidar unos trozos de jamón por encima, para que no sea un plato tan light.
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¡Buen provecho!
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domingo, 1 de abril de 2012

Pan, toma 2: mejorado

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Gran mejoría la conseguida con el segundo pan de la casa. Esta vez, eso sí, echando más paciencia.
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20:00 Hago la masa, aumentando la cantidad de sal a cucharada de postre hasta arriba, y la dejo en un bol tapado con un trapo toda la noche.
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10:00 Amaso de nuevo y la vuelvo a dejar reposar.
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16:00 Hago tres cortes en la masa y horneo el pan durante 40 minutos. Los 30 primeros un nivel por debajo del medio del horno, a 200º. Los últimos 10 minutos en el nivel del medio del horno. Apago el horno pero dejo el pan dentro.
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En la toma 3 aumentaré el tiempo de cocción en cinco minutos más.
Por lo demás, este pan supera con creces al anterior, sobre todo en la consistencia de la masa y no dudo en afirmar que se debe al tiempo que se ha dejado para subir.
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¡Buen provecho!
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Gracioso el pollo al chilindrón

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Esta semana compramos, entre otros, medio pollo de corral. No sé hasta que punto estos pollos se crían mejor que otros pero sí que son más grandes y su carne es más sabrosa. La cuestión era como cocinarlo de manera distinta.
Y tras mucho marear la neurona, recordé el nombre de un plato que siempre me ha hecho mucha gracia pero que no sabía hacer: pollo al chilindrón. Es una receta fácil aunque requiere tiempo y dedicación. Perfecta para un domingo.
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Medio pollo de corral
1 pimiento rojo
2 cebollas (1 si es grande)
4 lonchas de jamón ibérico
2 dientes de ajo
2 tomates maduros
1 vaso de vino blanco
1 vaso de agua
Aceite de oliva
Perejil
Sal
3 hojas de laurel
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Antes de empezar a cocinar, se untan los trozos de pollo con una picada de ajo, perejil, sal y unas gotas de aceite. Si hay tiempo, se deja un rato para que coja el sabor.
Lo primero es freir los trozos de pollo en una sartén con aceite caliente. Mejor taparla porque tiene que ser con fuego fuerte. Unos cuatro o cinco minutos de cada lado y fuera. Eso si los trozos son gruesos y con piel. Si no, con menos tiempo tiene que ser suficiente. Se apartan los trozos del fuego y se dejan escurrir.
El aceite usado se aprovecha colándolo sobre una cazuela de barro. En esta cazuela se echa la cebolla cortada en juliana, eso sí, con el fuego a medio gas y sin olvidar remover de vez en cuando.
Cinco minutos después se echa el pimiento también en juliana.
Cinco minutos más y ya se echa el jamón cortado en trozos pequeños. Se cubre con el pollo y se echa el tomate rallado, el vino, el agua y las hojas de laurel. Ya con el fuego bajo, se tapa la cazuela y se deja 40 minutos.
Si el pollo es de los comunes y no de corral, en 20 minutos puede estar hecho. De vez en cuando hay que agitar un poco la cazuela para evitar que se pegue, pero con el fuego bajo es poco probable.
Y con esto y un bizcocho, ya se tiene la comida dominguera... y el tupper del lunes.
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A mi me ha sorprendido y encantado a la par, creo que voy a repetir este plato muchas veces. De aquí al pollo a la cantora un paso.
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¡Buen provecho!
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