sábado, 6 de abril de 2013

Galletas de avena y chocolate, antojo sano

Las galletas definitivas... hasta el momento

Puede sonar extraño decir que son sanas pero creo que son lo más sanas que se pueden hacer estas galletas... hasta el momento. 

Hace un año usaba azúcar blanco en los dulces, pasé a azúcar moreno, azúcar integral de caña y he llegado a la panela. Para quien no lo sepa, la panela es azúcar integral de caña pero en arenilla puesto que no se obtiene por calor si no por iofilización (proceso de frío). 
De harina blanca he pasado a harina integral y, en caso de usar la blanca, de la del país, la que se obtiene en los pueblos casi directamente del molino (casi porque hoy en día no se consigue casi nada directamente...). 
Esta receta la hice por primera vez con mantequilla pero luego probé a hacerla con aceite de oliva, mas o menos a ojo... ahora he conseguido hacerla con menos aceite todavía. 
En cuanto a los copos de avena, ahora uso los pequeños, más fáciles de manejas que los grandes. 

El resto de ingredientes los he ido variando a medida que volvía a hacer las galletas, sobre todo reduciendo algunas cantidades y manteniendo otras, el resultado es excelente, no porque yo lo diga si no porque mi catador particular así lo ha certificado. 

Las primeras que hice, con mantequilla y solo unas pepitas por encima

90 grs. de harina integral 
80 grs. de panela o azúcar integral de caña 
100 grs. de copos de avena 
1 huevo 
50 grs. de aceite de oliva (u 80 grs. de mantequilla) 
1/2 sobre de levadura seca (todavía tengo que experimentar con bicarbonato...) 
1 pizca de sal 
Pepitas de chocolate negro al gusto 

En un bol grande se bate el huevo solo hasta que clara y yema queden mezcladas. 
Se añade el azúcar y el aceite y se remueve bien. 
A esta mezcla se le agrega la harina y la levadura cuidando que no hayan grumos al echarlas. Se mezcla hasta que quede todo integrado. 
Se incluye la sal y la avena y se vuelve a remover hasta que quede todo homogéneo. 
Es en este punto cuando se añaden las pepitas de chocolate, así se pueden ir echando y removiendo hasta que no se quiera más chocolate. Es mejor que el chocolate esté en pepitas o trocitos que rallado, para poder encontrarlo al morder. 

En la rejilla del horno y sobre papel vegetal, con ayuda de una cuchara y una lengua de silicona, se reparte la masa en bolas que se aplastan dando forma de galleta. Si se quieren aplastar con las manos, primero se deben mojar (y lavar, claro) para que no se peguen. Yo las aplasto con la lengua de silicona... No hay que juntar mucho las galletas porque luego crecen. A mi me da para dos hornadas, dependiendo del tamaño unas 12 galletonas. 
Volviendo al horno, previamente calentado, se meten las galletas 14 minutos a 170º, pero ya depende, como siempre, del horno. Al sacarlas se pasan a una rejilla y se dejan enfriar. Calientes están blandas pero al templar endurecen. 

Desde que las hice la primera vez no han faltado en casa, están demasiado buenas y son mucho más sanas que la bollería industrial. Además la avena sacia y es un hidrato de absorción lenta por lo que aporta energía a lo largo de las horas siguientes, evitando un subidón repentino. 

¡Buen provecho! 

2 comentarios:

  1. me encanto!! las voy a hacer...gracias por compartir la receta

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    1. Me alegra y gracias a ti por estar por aquí. Espero que te gusten :)
      Cris.

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